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Viernes, 08 Marzo 2013 12:53

Presentación

Ofrecemos la nueva edición del Misal Romano –la tercera latina, aprobada en el año 2000– en su versión a nuestra lengua, que cuenta con el reconocimiento de la Sede Apostólica de fecha 18 de octubre de 2007. Es el fruto de un trabajo llevado adelante con dedicación y espíritu pastoral, para poner al alcance de las comunidades, las riquezas de la liturgia eucarística, renovada por el Concilio Vaticano II y de acuerdo con su espíritu y disposiciones. En la traducción se ha seguido cuanto determina”Liturgiam authenticam”, la Quinta Instrucción para la recta aplicación de la Constitución “Sacrosanctum Concilium, que señala las pautas y procedimientos para la traducción de los libros litúrgicos.
Nos complace que esta traducción haya sido adoptada también por las Conferencias Episcopales de Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay; por eso se incluyen las celebraciones propias de sus respectivos calendarios litúrgicos. Aprobada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, esta edición del Misal Romano es “edición típica” para la Argentina y para los países que solicitaron adoptarla y obtuvieron la concesión de la Santa Sede; por tanto, es norma obligatoria para la lícita celebración de los Misterios del Señor. En la Eucaristía, Misterio de la fe, se realiza la presencia de Cristo entre nosotros; al celebrarla acogemos la invitación de comer su Cuerpo y beber su Sangre, se edifica a la Iglesia en su unidad y se fortalece y estrecha la comunión. Como peregrinos en marcha hacia el Reino celestial, la Eucaristía nos identifica y sostiene, y es el anticipo de la vida eterna, prenda de nuestra esperanza. “La renovación de la Alianza del Señor con los hombres en la Eucaristía enciende y arrastra a los fieles a la apremiante caridad de Cristo” (Conc. Vaticano II, Const. Sacrosanctum Concilium, 10).
La acción eucarística, con sus palabras, gestos y lecturas, requiere una fiel atención, para que los pastores, al celebrarla, animemos a los fieles cristianos a una participación activa y fructuosa, y les trasmitamos los bienes que se contienen en ella. Será por tanto valioso y útil conocer y aplicar las orientaciones de la Ordenación General del Misal Romano, que preceden el Misal. Como nos enseña el Santo Padre Benedicto XVI, celebrando en “obediencia fiel a las normas litúrgicas en su plenitud” se asegura “la vida de fe de todos los creyente, los cuales están llamados a vivir la celebración como Pueblo de Dios, sacerdocio real, nación santa” (cf. 1 Pe 2, 4-5.9) (Benedicto XVI, Sacramentum caritatis, 38).
Que este don para la Iglesia en la Argentina, compartido con las Iglesias hermanas, sea un signo de comunión eclesial. Por la intercesión de María Santísima se nos conceda profundizar en la Vida que brota de estos Santos Misterios.
 
 
Buenos Aires, 1° de enero de 2009
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
 
CARD. JORGE MARIO BERGOGLIO S.J.
Arzobispo de Buenos Aires
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
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